02 Jun
02Jun

Las plantas se reproducen de dos modos muy distintos, el sexual y el asexual, dependiendo de su especie y en ocasiones de las condiciones ambientales en que cada individuo se encuentre.

Reproducción sexual o polinización. Ocurre gracias a la acción del viento o de insectos y otros animales, que llevan sin saberlo el polvillo o polen generado por las flores de las plantas, equivalentes a sus órganos sexuales, directo hacia los pistilos de alguna otra, facilitando así el intercambio de material genético.

Reproducción asexual o rizomática. No involucra la polinización, ni flores, sino otras partes invisibles de la planta como sus raíces, estolones o rizomas. Estas partes crecen a medida que la planta ha alcanzado la madurez y reúne los nutrientes necesarios para reproducirse, gestando así un individuo idéntico genéticamente al anterior, pero joven, que a menudo se halla ligado físicamente al progenitor durante un tiempo.


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